viernes, 27 de junio de 2008

The Happening (El Incidente)



"C'est une triste chose de songer que la nature parle et que le genre humain n'écoute pas"





Resulta que incidentalmente me topo con esta frase de Victor Hugo, enunciada aproximadamente hace cien o doscientos años, y pienso: qué apropiado.

Es triste pensar que la naturaleza habla mientras el ser humano no escucha. La naturaleza, ahora mismo, se encuentra en estado de diálogo pacífico. En algún momento, la naturaleza, después de infructuosos avisos, empezará a tener que gritar para ser escuchada, en forma de ataques terroristas y exigiendo que se le sean reconocidos sus derechos como habitante del mismo mundo que estamos destrozando sin respeto alguno. No se pudo en ningún otro tiempo, en ninguna otra cultura, imaginar avaricia tal que buscara acabar con la propia fuente de beneficios. El paso de considerar dioses a los que aportaban alimento y abrigo al ser humano, a considerarse él mismo como dios, desencadena, por simple codicia, la propia destrucción de la que es la base de nuestra propia existencia. No es sólo el pez que se muerde la cola, el pájaro que muerde la mano que le da de comer... es el feto que asesina a su madre. El suicidio así, más que una metáfora, es un suicidio indirecto, que provoca otro directo. Podría haberse hecho que se muriera uno en medio de convulsiones, soltando espuma por la boca y sufriendo, pero entonces no quedaría tan clara la realidad: nos suicidamos y no hacemos nada para evitarlo, simplemente nos quedamos parados viendo como se nos sale la sangre de las venas: "ya si eso que vuelva ella sola".

Quizás, el problema de The Happening (El Incidente) sea que no está contada de manera lo suficientemente eficaz como para que uno se dé cuenta de todo eso. Puede que sea que a Shyamalan se le escaparon ciertas estupideces por el medio. Nadie es perfecto. Así, el resultado no es tan magnífico como uno podría haber esperado, ni como se podría haber conseguido con un poco más de mimo y cuidado. Shyamalan debería aprender de Amenábar (aunque cueste tanto la espera), y rodar películas a un ritmo más pausado, con más cariño y dedicación, no todos se pueden permitir el ritmo de Woody Allen. Si se hubiera trabajado más, esta película sería una obra maestra, y sería mucho menos criticada además de serlo de una forma mucho menos extremista. Shyamalan, ¿por qué te odian tanto? Shyamalan, ¿por qué no te molestas más?






Enlaces de interés:
·
Pósters de The Happening en movieposterDB.com
· Frases célebres de Víctor Hugo en citasyrefranes.com

domingo, 22 de junio de 2008

No vale nada

Algún día un mentiroso tenía que dar a conocer su verdad al mundo. El momento ha llegado, por desgracia y malamente.

Y uno se puede preguntar... ¿realmente era necesario un blog así? ¿acaso no hay ya bastantes mentirosos en el mundo? Pues sí, ¿pero cuántos lo reconocemos? Con mentira quiero decir... lo que yo diga es, entre muchos adjetivos que se le pueda dar, inútil en sí mismo. Cualquier atisbo de utilidad será producto del lector, que lo digerirá a su manera para darle vida a las mentiras, y convertirlas según su parecer en verdades o simples chifladuras de un bloguero más. Y no es que sea muy dado al relativismo y crea que todo vale, lo que pasa que soy muy del ámbito científico y hasta que no se demuestre lo contrario habrá que conceder el beneficio de la duda (también conocida como hipótesis alternativa) y para bien o para mal no todo está sujeto a la experimentación científica.

Y si nadie lo lee, al menos, el proceso de escritura tendrá para su autor una utilidad, producto del propio razonamiento o digestión, intentando llevarse a sí mismo por un camino distinto al preconcebido o hipótesis inicial, como si no supiera de antes el fin al que llegará, pero al menos intentándolo. Quizás me sorprenda negándome a mí mismo, o tozudamente me reitere en mi error, en mi mentira. Pero al menos, toda la labor de redacción y pensamiento ayudará a ejercitar el músculo cerebral, y con ello alguna conexión neuronal se creará que me ayudará a retrasar su degeneración.

¿De qué hablaré? Yo que sé, ¿acaso la hora y día de la semana no dejan claro que este blog es producto de una mala noche? Pero a veces, de las cosas malas surgen otras buenas.

O quizás no, y sea todo mentira.