martes, 2 de septiembre de 2008

De despreocupados y tiquismiquis




"Con las pasiones uno no se aburre jamás; sin ellas, se idiotiza."

Stendhal (Pseudónimo de Henri Beyle)





Podemos hablar de dos tipos de consumidores, o más bien, de dos dimensiones entre las que está todo consumidor. El despreocupado, al que le da más o menos todo un poco igual, y el exigente, tiquismiquis, que parece que a veces se moleste en buscarle problemas a todo. Como dimensiones que son, nadie es del todo una cosa u otra, y con un mercado tan amplio, nadie lo es para todos los productos.

Tanto ser uno como otro aporta ventajas y desventajas. Pongamos, el cine, la calidad de imagen. Yo para la imagen soy algo tiquismiquis. Me parece imposible que haya gente que pueda disfrutar con un screener, pero de hecho, la hay. Y también hay algunos dvdrips que no me convencen nada, incluso en ocasiones algunos DVDs que me parecen insuficientes. Si ellos no notan la diferencia, ¿acaso no disfrutan de todo el espectro posible de calidades, mientras que yo sólo disfruto de un buen DVD? ¿O yo disfruto más el DVD de lo que ellos mismos lo disfrutan y a su vez más de lo que disfrutan de lo demás? Y yo en comparación con otros no soy tan exigente, como lo demuestran páginas preocupadas por la calidad de DVD y Bluray, como ZonaDVD.com y sus estupendos análisis, poniendo al límite la calidad de los productos de cine en casa. Es sorprendente lo que uno puede llegar a hacer para tener un buen sistema de Home Cinema cuando se tiene cierto nivel de exigencia, mientras la mayor parte se lo instalan de mala manera en casa y ya se sienten los reyes por tener un equipo caro, aunque esté mal conectado y colocado de cualquier manera.

Estas cosas se podrían aplicar a todo, los vinos y cervezas, los coches, la tipografía, la comida y los restaurantes, los sofás y camas, muebles, las fotografías, o lo que sea que se le pueda ocurrir a uno. Y ya no en cuanto a calidad artesanal o técnica, sino en cuanto a la calidad artística, cuando ves una película, escuchas música o lees un libro. Un espectador tiquismiquis muchas veces casi va a sabiendas de que el cine cada vez es peor, pagando entrada para casi demostrarse "que ya no es lo que era", pero bueno, estar al día del sector, y otro menos exigente, prácticamente sabe que vea lo que vea por lo menos "se entretendrá" salvo excepciones. Cuántas veces se oye "yo no voy al cine a entretenerme", ya bueno, ¿pero a pasarlo mal tampoco no?

Hay veces que uno desearía controlar su nivel de exigencia a voluntad, para poder disfrutar de todo, y cuando sea posible, de lo realmente bueno, con más intensidad. Yo, en un intento de representar gráficamente el disfrute de dos tipos de consumidores, he hecho este diagrama de cajas, para que se note qué diferencia a uno de otro. Está hecho a ojo, como una representación mental, no estadística seria.

tipos de público2

Lo que es la "caja" en sí, representa el 50%, cómo se distribuye la mitad de los productos potenciales de consumo en la escala de disfrute del consumidor (de 0 a 10). Las líneas que salen representan los 25% restantes. La rayita negra dentro de la caja es la media. Está algo más baja para el más exigente, lo que para el consumidor medio es bueno para alguien exigente como mucho suele ser suficiente.


¿Qué se puede entender en ello?


El consumidor medio discrimina menos, todo está dentro de unos valores y aunque a veces lo sobrepasa, nunca llega a sobrepasarlo tanto como el consumidor más exigente. Pero esto no es sólo para bien, también para mal:
· Aunque es cierto que el consumidor medio es fácil que no llegue a cotas de insatisfacción y/o cabreo tan grandes como el exigente...
· Para el consumidor medio es también más difícil alcanzar las cotas de admiración y disfrute artístico del más exigente, e incluso, es seguramente imposible que alcance algo tan exagerado como el Síndrome de Stendhal, una especie de "orgasmo artístico". Ser exigente tampoco garantiza que se pueda alcanzar, por eso no forma parte de la distribución normal en la gráfica, sino que es un outlier
(o valor atípico en español).

Se pueden sacar más conclusiones del gráfico que de lo que digo (para eso la hice). Y siempre es bueno pensar, así que lo dejo otros análisis más profundos para los interesados.


Por último, respecto a la idea general, esa especie de duda "¿qué es mejor?". Siempre es conveniente tener alguna afición, o incluso habilidad, que te permita ser exigente, buscarle la punta a todo. Desde luego, cualquier profesional debería serlo en su campo, para que el resto no nos tuviéramos que preocupar, lo disfrutemos conscientemente o no. Pero también es importante a nivel personal. Ser un consumidor exigente consume mucho tiempo, energía y dinero, pero todos nos podemos permitir unos cuantos campos en los que podamos llegar a las cotas más altas de satisfacción. E incluso si hay suerte, a algo similar a lo de Stendhal.

1 comentario:

Mister Lombreeze dijo...

Me conformo con que alguien llegue a la conclusión de que la música de p.e. Sibelius es magnífica. Que luego el Cd que se compre se ADD o DDD o yoquésé, lo veo secundario.