Es posible que por el bien de la comparación que pretendo realizar, se pueda considerar lo siguiente como un gran spoiler de la película "La Conspiración del Pánico" (Eagle Eye, 2008). Por ese motivo, salvo que se haya visto o no te importe, mejor no seguir leyendo.

Para quien no conozca a Multivac, lo primero le recomendaría comprarse "Cuentos Completos I" de Asimov. Era el centro de varios de sus cuentos, un ordenador gigante que lo controlaba y conocía todo, que era capaz tanto de elegir al líder político que quiere el pueblo preguntándole a un único ciudadano para rellenar huecos en su entramado de información, como también servía de terapeuta, oyendo los problemas de todo el mundo e intentando darles respuesta, o para aconsejar a los políticos y militares en sus acciones y riesgos. Pero hay muchos más relatos, entre los que está seguramente uno de los mejores y más redondos jamás escritos en ciencia-ficción, "La última pregunta".

Para los que no lo hayan leído o no se acuerden del relato, en él se atentaba contra la propia existencia de Multivac. De por sí, eso puede no sonar muy importante, pero lo más sorprendente es que en realidad no era que nadie quisiera acabar con él, sino que Multivac quería suicidarse. Como no podía por motivos físicos obvios, se toma las molestias de elegir a un ciudadano muy parecido a alguien que trabajaba allí para que le dejaran pasar. Ese ciudadano en realidad lo hacía todo para salvar a su padre, y no tenía conocimiento de qué estaba pasando.
Multivac no aguantaba más, conocía tantas cosas del mundo que era consciente de la miseria que le envolvía, tantos problemas, tantos males, le llevaban a querer suicidarse. En cambio, Eagle Eye no es tan empático. Su fin, pese a tener buenas intenciones aún teniendo en cuenta la aparente falta de ética y notable maquiavelismo, no era tan respetable como el de Multivac. Aquí no nos encontramos a un pobre ordenador que sufre, sino un autómata que hace su trabajo.

No es que lo considere un plagio ni nada por el estilo, pero los parecidos me resultan bastante claros, aunque pueden ser coincidencia o simples influencias, no veo intención de ocultar nada en ello. Ahora, si tuviera que elegir conocer solo una de las dos obras, me quedo con la de Asimov sin dudarlo. Me hace pensar más, y la película sólo le añade una acción tan rápida que no me deja tiempo para enterarme de lo que pasa.
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